Está prófugo y pesan sobre él dos pedidos de captura activos, uno nacional y otro internacional, porque los investigadores del triple crimen de Florencio Varela lo ubican dentro de la trama organizativa del sanguinario asesinato múltiple. Sin embargo, Manuel Valverde Rodríguez, tío de Pequeño J, concedió una entrevista televisiva y se defendió de las acusaciones que pesan en su contra: «Entregarme es engorroso, y yo no estuve en la escena del crimen», aseguró.
Valverde Rodríguez continúa siendo, hasta este miércoles, una pieza codiciada por los investigadores del caso del triple crimen de Florencio Varela: una de las arrepentidas de la causa, Celeste Magalí González Guerrero (28), ubicó a Valverde Rodríguez en la casa de Villa Vatteone en que asesinaron a Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez a mediados de septiembre.
Desde entonces, las autoridades argentinas comenzaron a rastrearlo y emitieron dos pedidos de captura: uno para dentro del país y otro para el resto del mundo. Valverde Rodríguez es peruano y tío paterno de Pequeño J, como se conoce a Tony Janzen Valverde Victoriano (20), y por ambas razones es que se labró la segunda de las alertas, dado que se suponía que podría haber huido a Perú, donde finalmente se dio a conocer él mismo. El lunes difundió un video suyo para desmentir su implicancia en el triple crimen.
Este miércoles concedió una entrevista a Telenoche en la que ahondó en esa idea: desligarse del asesinato. «Yo entré el 9 de agosto a la Argentina, y me retiré por el lado de Uruguay el 29 de ese mes, porque no me dejaron reingresar al país luego de que yo hubiera estado en Uruguay de paseo», comenzó su defensa mediática.
«Sí, es mi sobrino. Yo he ido a visitarlo a él, en Colonia del Sacramento, Uruguay, pero cuando quise ingresar a la Argentina no me dejaron. Y yo tomé un vuelo desde Uruguay hacia Lima, y siempre me quedé en Perú», continuó sobre uno de los principales aspectos de la investigación que se ciñe sobre él y su sobrino.
Consultado sobre si participa, en su país, Perú, o en la Argentina, en actividades ligadas al narcotráfico, negó rotundamente: «No. Yo trabajo y tengo mis documentos. Y respecto de mi sobrino (y su ligazón con el narco), no sabía nada. Los jóvenes son individualistas y no cuentan las cosas a los grandes, que son los últimos en enterarse las cosas».
«Entregarme es un trámite engorroso: tendría que dejar de trabajar y de ver a mi familia. Y si me presento, me llevarían a un penal. Y yo no conozco a nadie ni tengo familia en Argentina, en donde sólo estuve de paseo», enfatizó en su defensa.
Luego detalló: «El papá de Pequeño J, que era mi hermano, era un delincuente, pero delincuente común, no narcotraficante. Era un delincuente de carteras», detalló.
Y consultado sobre las acusaciones de González Guerrero, que lo sindicó en la escena del crimen, aseguró: «El jueves 18 de septiembre yo estuve haciéndome una revisión ocular, y el día posterior, el viernes 19 (cuando sucedieron los hechos), me grabé en un video que estoy pasando al periodismo para desmentir mi participación. El video tiene fecha y hora; y yo tengo constancia de mi ingreso a Perú en agosto en Migraciones».