Este 19 de agosto, Roberto Sánchez -el inmortal Sandro- hubiera cumplido 80 años. Ídolo pionero del rock en castellano, galán de cine y creador de un magnetismo sin réplica, el Gitano sigue alimentando generaciones de oyentes y artistas.
Su figura no sólo se revive en discos o en las giras históricas: también vuelve en series, documentales y libros que lo devuelven al presente, con la misma intensidad de siempre.
Sandro de América: la miniserie que lo convirtió en mito televisivo
Estrenada en 2018 y basada en el libro de la periodista Graciela Guiñazú, la miniserie Sandro de América desplegó en diez capítulos la vida del Gitano. Con Agustín Sullivan, Marco Antonio Caponi y Antonio Grimau en diferentes etapas, la serie mostraba a un Roberto Sánchez introspectivo, atrapado en su mansión, repasando su vida como un Ciudadano Kane criollo: preso en libertad, con la soledad como escenario y su propia biografía como espejo.
De Lanús al Madison Square Garden, del amor por su madre a la influencia de su manager Oscar Anderle, la ficción navegaba entre los claroscuros del mito. “Sandro” y “Roberto” aparecían como dos caras en permanente tensión: el hombre y la máscara.
Video
Así comenzó la historia del Gitano – Sandro de América, La Serie
Dónde verla hoy:
La serie está disponible en Amazon Prime Video y también puede comprarse en Google Play Películas.
Yo, Sandro: el documental que mezcla su voz con imágenes inéditas
Ese mismo año se estrenó Yo, Sandro. La película, dirigida por Miguel Mato. Con una narración guiada por la propia voz de Sandro -grabada en entrevistas-, el film combina recreaciones de su infancia, registros en vivo y material inédito de archivo.
Las joyas son inolvidables: fragmentos de sus películas en versiones remasterizadas, filmaciones caseras en súper 8, y la intimidad de su célebre casona de Banfield, decorada con piedras, espejos y detalles japoneses. Allí, el ídolo aparece como en un universo paralelo: magnético, cercano y distante al mismo tiempo.
Dónde verlo hoy:
Está disponible en la plataforma pública Cine.ar Play del INCAA y también en Amazon Prime Video en algunos catálogos regionales.
Libros para descifrar al Gitano: del fuego eterno a sus canciones
Si Sandro fue una enciclopedia musical de su tiempo, los libros dedicados a su figura lo demuestran.
- Sandro. El fuego eterno, de Mariano del Mazo, traza un retrato en el que Roberto Sánchez es Batman y Sandro su máscara: un personaje consciente de su propia construcción.
- La música de Sandro: cómo se hicieron sus canciones, de Pablo Alonso, ofrece más de 700 páginas de análisis detallado de su obra, donde conviven Beatles, The Kinks, tango, jazz argentino y la impronta de músicos como Baby López Furst, Dante Amicarelli y José Carli.
- Sandro de América, de Graciela Guiñazú, sirvió de base para la miniserie y reconstruye al artista con testimonios, mitos y secretos.
Cada uno, desde su perspectiva, intenta desentrañar un misterio que Sandro cuidó celosamente: dónde terminaba el hombre y dónde empezaba el personaje.
Las películas de Sandro: del Tigre al humor nostálgico, con una pincelada Superman
Más de una docena de filmes lo mostraron como galán en los años ’60 y ’70, rodados muchas veces en escenarios del Tigre. Fueron furor de taquilla y hoy son objeto de culto: circulan en Canal Volver, entre homenajes, parodias y miradas irónicas.
En Subí que te llevo (1980), su despedida cinematográfica, Sandro encarna a dos personajes -una dualidad que, con anteojos literales, recuerda al juego de Clark Kent y Superman: dos caras de un mismo mito-. Esa astucia doble, el hombre y la máscara, atraviesa toda su obra.
Un legado que no se apaga
Cada 19 de agosto, sus “nenas” y las nuevas generaciones vuelven a escucharlo. Sandro fue pionero en encender la chispa del rock nacional, pero también un crooner moderno, versátil, capaz de anticipar tendencias.
Y en ese eco está la vigencia: magnéticas imágenes, mundos de sensaciones, guitarras al viento y la voz del Gitano levantando otra vez el telón. Un drama singular que no se repite, un fuego que no se apaga. Y, al fin, ese grito eterno: “yo te amo, yo te amo”.
Haga la prueba el lector y escuche Ave de paso: en letra, música y sonido, parece extraída de Jessico de Babasónicos, editada 35 años después. La demostración más clara de que Sandro aún canta en presente.