Entre enero y mayo de 2022, María Sol F., una mujer de Santo Tomé, acosó de forma anónima al empresario santafesino Leandro Gaitán mediante 1.700 llamadas desde números privados, llegando a hacer hasta 426 en un solo día. Las comunicaciones incluían amenazas y silencios inquietantes que generaron en la víctima un profundo impacto psicológico y económico, llevándolo a iniciar tratamiento médico.
Cuando Gaitán denunció los hechos, F. comenzó también a hostigar a su abogada, una amiga y colega suya, enviándole mensajes intimidatorios y correos electrónicos con información confidencial del Ministerio Público de la Acusación (MPA), obtenida a través de un contacto personal.
La causa judicial avanzó hasta que en septiembre de 2023, la mujer fue formalmente imputada por amenazas reiteradas y coactivas. Esta semana, el caso se cerró mediante una suspensión de juicio a prueba (probation), avalada por el juez Octavio Silva y acordada entre las partes.
Durante dos años, F. deberá cumplir una serie de condiciones, entre ellas: mantener distancia de al menos 200 metros y no tener contacto con las víctimas, abstenerse del consumo de alcohol y drogas, someterse a controles judiciales, fijar domicilio y realizar reparaciones económicas. A la abogada deberá pagarle $600.000 destinados a una ONG, y a Gaitán una suma no revelada junto con una carta de disculpas. Si cumple con todas las medidas y no reincide, la causa se cerrará definitivamente.