Mientras la Locomotora Alejandra Oliveras pelea denodadamente por su vida en la sala de terapia intensiva del Hospital José María Cullen de la ciudad de Santa Fe, en el mundo exterior -además de rogar y rezar por su recuperación- se lamenta por los sombríos pronósticos que se hacen sobre su futuro y se discute cuál pudo ser el origen del ACV que la llevó a esta situación límite, sobre todo teniendo en cuenta que es una mujer joven (47 años) y que todo indica que tenía una vida sana.
Podría decirse que su caso ha logrado pulverizar prácticamente todas las grietas que dividen a los argentinos y que unos y otros, en todos los sentidos y en todos los aspectos, se sumaron al pedido por su mejoría. Oliveras, una ex boxeadora con una durísima historia de vida que llegó a ser campeona del mundo y últimamente se había acercado a la política y se había convertido prácticamente en una «influencer de la buena onda y las buenas acciones», está alojada hace más de 10 días en la sala de cuidados intensivos del nosocomio santaesino, donde una máquina la mantiene conectada a la vida.
El propio jefe de la unidad que la atiende, el doctor Martín Carrizo, preocupó a todo el mundo en la víspera al admitir que la ex pugilista presenta «daño cerebral irreversible» y admitió que el objetivo, de momento, es mantenerla viva. Es decir, en el caso de que se produzca un milagro y logre dejar atrás el cuadro de suma gravedad que enfrenta por estas horas, le quedarían secuelas y consecuencias muy importantes.
En medio de la conmoción y el dolor que provocaron esa avalancha de malas noticias, la periodista Amalia Díaz Guiñazú, una de las más picantes panelistas del programa Mujeres Argentinas, de Canal 13, aportó una novedad también traumática: cuál pudo ser el origen del accidente cerebrovascular. «Esto es información exclusiva porque ayer hablamos con gente de Santa Fe» arrancó, envalentonada, la periodista mendocina.
DRAMATICA VERSION SOBRE EL ACV DE LA LOCOMOTORA OLIVERAS
«Lo que nos contaban era que Locomotora se había hecho hacía tansolo una mes una operación de mamas y aemás una abdominoplastía o una liposucción. Lo importante es que hubo un traspaso lipídico. Es decir, le pasaron grasa del abdomen a las mamas, lo que detrás de bambalinas se decía entre los médicos en los pasillos es que quizás algo de grasa podría no haberse filtrado bien en las mamas y podría haber entrado en el torrente sanguíneo y de alguna manera provocado esta obstrucción. ¿Esto es posible o son solamente dichos que había por ahí? Porque da justo la casualidad que ela se había operado, y la familia está con ganas de iniciar acciones legales» tiró Amalia sorprendiendo a todos.
Posteriormente, la experimentada Silvia Fernández Barrio aportó que «ella a los 17 años había sufrido ya un ACV, ¿Puede tener algo que ver?». El reconocido médico Fernando Cichero, invitado al piso del programa, negó las dos versiones. «17 años… 40 años después no tiene ninguna relación el accidente que tuvo primero. Segundo tema: no incentiven a la gente a hacer barbaridades. Cuando uno hace una liposucción, la grasa entra en el torrente sanguíneo pero vuelve por las venas a los pulmones. No pasa por los pulmones, va al circuito arterial y va al cerebro. ¡No hay que decir barbaridades! Sí puede pasar que una persona que se hace una liposucción tenga un trombo embolismo pulmonar, pero jamás va a tener un ACV. Descártelo y el que lo dijo no tienen la mínima información médica. No hay que tratar así a la gente porque es un error groserísimo lo que se ha dicho» dijo con suma contundencia.