En un escenario marcado por la presión sobre el dólar y la volatilidad en las tasas, el Gobierno se prepara para recibir anuncios importantes en las próximas dos semanas que podrían traer calma al mercado cambiario. Se trata del cierre de la primera revisión del programa acordado con el Fondo Monetario en abril, de cuya aprobación depende la liberación de un desembolso de US$ 2.200 millones.
Si bien en los cuarteles de Washington mantienen un silencio hermético sobre los próximos pasos, la expectativa en el equipo económico es que próximamente se anuncie un acuerdo a nivel técnico con el staff, se eleve al directorio ejecutivo para su revisión y lo apruebe. Todo esto creen que debería ocurrir antes del receso del organismo en agosto, aunque el Fondo no informó cuándo se tomarán vacaciones.
Los dólares deberían haber llegado en junio, pero se demoraron por el incumplimiento de la meta de reservas en unos US$ 4.300 millones, según cálculos privados. El FMI aceptó el mes pasado posponer la revisión de las reservas para julio, una medida que tampoco habría sido suficiente. Luego, vino una delegación del FMI a Buenos Aires y Luis Caputo envió sus hombres a Washington semanas atrás.
El ministro estimó la semana pasada que, desde la firma del crédito de US$ 20.000 millones con el Fondo, acumuló «casi US$ 5.000 millones» y «a fines de julio se va a estar por arriba de la meta». Su cálculo contempla el REPO con bancos por US$ 2.000 millones, la emisión de deuda por US$ 1.500 millones y compras del Tesoro por US$ 400 millones. Y aún tiene margen para colocar bonos por otros US$ 5.500 millones hasta fin de año.
En ese contexto, el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, viajó este martes a la cumbre de ministros de Finanzas y banqueros centrales del G20 en Sudáfrica. En el Ministerio de Economía le bajaron el tono a la misión y aseguran que el objetivo principal no es mantener reuniones con el Fondo, aunque no descartan que pueda ocurrir. En febrero, el funcionario avanzó en negociaciones con el Banco Mundial y el BID.
Después de la inflación del 1,6% en junio, el Gobierno parece más optimista y la expectativa en el mercado es que el Fondo le otorgue un «waiver» (perdón») si incumple la meta de reservas. El problema es el recalentamiento del dólar. Para bajar la cotización mayorista de $ 1290 a $ 1.258, el Banco Central tuvo el martes que subir la tasa de pases al 36% y se habla de una nueva intervención sobe los futuros.
En el Ministerio de Economía niegan que estén inquietos e insisten en que el dólar «flota». En rigor, desde el 18 de junio, el tipo de cambio minorista subió un 10% a $ 1.280. «Yo no veo desesperación, siempre hay pulseadas, una parte del mercado dice que debe estar más alto, son tipos endeudados en dólares, el Banco Central tiene mucho poder y no descarto que se estabilice más abajo», señalaron en un despacho oficial.
Alerta en los bancos
En la city, el fuerte subibaja de tasas generó lecturas mixtas. Algunos banqueros creen que al Central no le conviene que caigan mucho porque si no «la gente se va al dólar». Y no descartaban que los últimos sobresaltos fueran un «test» de Caputo sobre el traspaso a precios. «Si desenganchan el dólar de la inflación, tienen el partido ganado», dijeron en un banco internacional, cómodos con un dólar a $ 1.300.
Pero en otra entidad extranjera siguen con cautela el ruido generado por el desarme de Letras de Liquidez (LEFI) de la semana pasada. «Es lo que vemos todos, un poco preocupados porque se termina la liquidación grande de divisas y no queda claro cómo lo van a contener. La suba de la tasa al 36% refleja que temen que el dólar suba, fue un error eliminar las LEFI«, dijo una fuente desde la mesa de operaciones.
Por lo pronto, el Gobierno tendrá este miércoles una prueba de fuego clave en la licitación de deuda convocada de emergencia para absorber el sobrante de pesos y evitar mayores presiones sobre el dólar. Del lado de la oferta de divisas, la agroindustria no ve que haya fluidez de venta de granos de parte de los productores. «A partir de fin de mes entramos en la etapa de menor ingresos de divisas«, advirtieron desde el sector.
Economía también espera anuncios desde Estados Unidos. La comitiva que se encontraba negociando la reducción de aranceles en Washington volvió en los últimos días a Buenos Aires. Fuentes del sector privado aseguran que están «cerca de un acuerdo» y se encuentran redactando un comunicado, pero aún no está cerrado. El plazo para negociar vencía el 9 de julio y se extendió hasta el 1 de agosto.
NE