Corresponsal en Brasil. Autora del site Brasil 7 días.
La Justicia enfrenta desafíos gigantescos, tanto en Brasil como en la Argentina. Sea por derecha o por izquierda, lo que está en juego es la comprobación fáctica de los presuntos delitos cometidos por los acusados. La sentencia de la Suprema Corte argentina, que condenó a 6 años de prisión a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, tiene todas las características de aquel juicio que condenó a prisión al actual mandatario Luiz Inácio Lula da Silva, el 7 de abril de 2018. Liberado a fines de 2019, después de un año y 7 meses encarcelado en Curitiba, todas las causas que lo penalizaban terminaron anuladas por el Supremo Tribunal Federal en 2021, al reconocer las ilegalidades cometidas durante el proceso.
Quién recordó aquellos momentos en que Brasil parecía hundirse en un charco político, fue el abogado de la ex presidenta, Gregorio Dalbón. “Aquí acaba de pasar con Cristina lo mismo que ocurrió con Lula. Algunos sectores se regodean con la condena, pero ninguno habla de las pruebas que llevaron a esa resolución”. Dalbón acaba de pedir a la Corte: “Queremos que estudien la causa”. El caso de Cristina tiene otras semejanzas con el de Lula: tal como puede observarse la propia ex mandataria sostuvo que “tienen miedo de que me presente como candidata electoral”.
En las dos circunstancias, la detención del brasileño y la actual prisión de la líder argentina, ocurrieron luego de procesos muy prolongados, que estuvieron “adornados” con condenas e insultos verbales “sin ninguna clase de pruebas”.
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Es también el caso de Jair Bolsonaro, quién hoy declaró ante la Corte Suprema por primera vez frente al juez Alexandre de Moraes. “Hay que ser muy rigurosos con las garantías de defensa de los reos porque, en verdad, cualquier error irá a costar muy caro a la democracia y a todos nosotros”.
Esa es la razón por la cual los abogados del PT piden, ahora, un extremo cuidado con lo que pueda ocurrir con Jair Bolsonaro. “Tenemos que ser rigurosos con las garantías de la defensa y de los procesados. Cualquier error costará muy caro a la democracia”. El ex jefe de Estado estuvo hoy frente a frente con el magistrado Alexandre de Moraes, y respondió a sus preguntas sobre el caso del intento de golpe de Estado el 8 de enero de 2023, cuando Lula acababa de asumir la presidencia.
Entre los cargos que pesan contra este político de extrema derecha, figura un plan elaborado en la época que incluía la prisión o asesinato de autoridades, entre ellos Lula, el propio de Moraes y el vicepresidente Geraldo Alckmin.