Los actos y movilizaciones imprimieron la imagen del paro general en Rosario y la región. Asegurada la paralización de sectores claves en la industria y el transporte logístico, los gremios priorizaron ocupar las calles con nutridas columnas de trabajadores a trabar la actividad comercial de la ciudad. Desde distintas tribunas, los dirigentes de los distintos espacios sindicales evaluaron positivamente la adhesión a la medida y aseguraron que es el comienzo de un plan de lucha.
«Volvimos a ser la capital nacional del paro”, aseguró Edgardo Arrieta, de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (Catt), en el acto que realizó esa confederación bajo el puente de la avenida circunvalación, sobre Presidente Perón. Allí convergieron, entre otros, los recolectores, los docentes y estatales de Rosario, las organizaciones sociales como la CCC y Utep, los cadetes y los aceiteros.
El transporte de cargas, la molienda de soja y la actividad fluvial y portuaria estuvieron paradas por la huelga convocada por la CGT y las dos CTA. “No se cargó ni un bote ni se molió ni un grano en la región”, aseguró el líder de Dragado y Balizamiento.
Granos, puertos y acero
El secretario general del Sindicato de Obreros y Aceiteros de Rosario (Soear), Marco Pozzi, destacó que el acatamiento en el complejo industrial y exportador más importante del país fue total, pese a que el miércoles por la noche, horas antes de iniciar la medida, cerraron un acuerdo paritario que elevó el piso salarial de la actividad a $ 1,7 millones. “Le torcimos la muñeca a la patronal, con la lucha y la unidad construida entre los trabajadores”, dijo, al tiempo que llamó a incluir como consigna unificadora la pelea por un salario mínimo, vital y móvil de ese valor “para toda la clase trabajadora”.
La disputa por el salario, que por estos días profundiza su deterioro por la combinación de techos paritarios e inflación al alza, y el temor por los despidos, que en una semana se cobraron 500 víctimas entre los trabajadores del peaje y amenazan con otras mil en Vicentin, se fueron elementos de peso para articular la adhesión a las medidas de fuerza.
Pablo González, secretario general de la UOM Villa Constitución, aseguró que la huelga tuvo 97% de esa seccional. “La planta siderúrgica de Acindar está completamente parada, aunque lamentablemente ya tiene menor actividad producto de esta política económica”, dijo. Fernando Ramírez, del Sindicato de Conductores Navales (Siconara), denunció el impacto que tendrá en los puestos de trabajo el avance del gobierno para desregular el sector fluvial.
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Jubilados al frente
La defensa de los jubilados estuvo al tope de las consignas. “Llegamos a este paro porque les dan palos y los fajan también con jubilaciones de hambre”, señaló Arrieta. Representantes del Frente de Jubilados (Frejel) arengaron a la multitud: “Si a pesar de nuestros achaques y la represión salimos todos los miércoles a poner el cuerpo, ¿cómo no van a salir los jóvenes trabajadores a luchar por sus derechos”, arengaron.
También hubo reclamos contra las herramientas que limitan la protesta de los trabajadores, como los descuentos, que estuvieron muy activas para esta ocasión. “MIlei se apya en el FMI y Pullaro en Milei”, disparó Juan Pablo Casiello, secretario general de Amsafé Rosario. Lorena Almirón, titular de ATE Rosario y la CTA Autónoma de Rosario, aseguró que “este paro se concretó desde las bases” y enumeró los motivos: «paritarias libres, salario mínimo de $ 1,7 millones, defensa de los jubilados, de la industria nacional, de la soberanía y rechazo a las políticas de persecución a nivel nacional y provincial”.
Amenazas y desafíos
Estela Prieto, por los profesionales de la salud nucleados en Siprus, señaló que “a pesar de las amenazas de Pullaro, el paro fue acatado por la gran mayoría de los trabajadores en los centros de salud y hospitales”. Marcelo Andrada, el secretario general del sindicato de recolectores y prácticamente el anfitrión del acto, advirtió: “¿qué queremos para Santa Fe”, hay que ver lo que le están haciendo a los docentes, es importante tenerlo en cuenta en estos días de elecciones?”.
Los movimientos sociales estuvieron presentes en el acto y protagonizaron diversos cortes en cruces con la Circunvalación durante la jornada. Eduardo Delmonte, de la Corriente Clasista y Combativa (CCC) consideró que el tercer paro contra el gobierno nacional fue contundente y llamó a mantenerse en la calle. “No puede ser que después de esta huelga vayamos a un remanso, los de arriba van a bancar a Milei, como lo hace el FMI, nosotros nos tenemos que organizar desde abajo para que se vaya lo antes posible”, subrayó.
Marchas en el macrocentro
Por el macrocentro de Rosario, una columna de tres cuadras conformadas por trabajadores mercantiles transitaba las calles, conviviendo con locales abiertos o a medio abrir, pero con pocos clientes. “Hay negocios abiertos atendidos mayoritariamente por los jefes y gerentes, nosotros hemos hecho esta gran movilización”, señaló el secretario general de la Asociación de Empleados de Comercio (AEC), Luis Batistelli. “Acá recién empieza la lucha, los dos paros anteriores fueron para ponerle límites al gobierno, ahora empieza la etapa de resistencia y hay un clima social favorable a cambiar esta situación”, señaló el dirigente.
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En un clima de tranquilidad, los mercantiles se confundieron a la altura de calle San Luis con los trabajadores encolumnados en la bandera de la Intersindical Rosario, que partió de Luz y Fuerza hasta la plaza 25 Mayo. A lo largo de cuatro cuadras, municipales, lucifuercistas, bancarios, trabajadores de prensa, docentes privados, docentes, estatales y judiciales, entre otros, visibilizaron la protesta.
Allí también abundaron críticas tanto al gobierno nacional como al de Santa Fe. Martín Lucero, secretario general del gremio de los docentes privados (Sadop) destacó que la adhesión a la medida de fuerza “triplicó las anteriores” y llego al 50%, “pese a las amenazas, los descuentos y el presentismo, herramientas que se van agotando como medida de presión a medida que bajan los salarios”. Alberto Botto, titular del gremio de luz y Fuerza, rechazó los reproches del gobernador por el paro de los trabajadores de la Empresa Provincial de la Energía (EPE). “Tuvo quince meses para llamarnos al diálogo”, replicó.
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Respecto de la jornada de protesta, aseguró: “Es sorprendente la cantidad de compañeros y compañeras que cada día toman conciencia de que la situación de agrava día a día, nos acompañan los jubilados que son quienes más sufren los ajustes que aplican los gobiernos nacional y provincial”.
Frente una multitud convocada en la plaza 25 de Mayo, los referentes de la Intersindical leyeron un documento en el que plantearon su preocupación por “la dramática situación de la clase trabajadora, los jubilados y los pensionados”, golpeada por “la exclusión del mundo laboral, los salarios cada vez más bajo y el ataque a las obras sociales”.
“Los trabajadores no somos el problema y los sindicatos, peses los ataques, vamos a seguir defendiendo los salarios, los puestos de trabajo, los derechos laborales y la democracia”, subrayó el documento.